lunes, 29 de diciembre de 2014

DERIVA 6 Atucucho



La ultima deriva del laboratorio fue en la quebrada que baja desde el Pichincha al barrio de Atucucho, barrio que ha tenido una lucha importante por el derecho a la vivienda y a la tierra en un proceso largo de ocupación, reconocimiento y posterior legalización de las tierras.  Para comenzar esta caminata  nos espera Luis Robles, dirigente del Gobierno Barrial de Atucucho. Él  nos introdujo en la historia del barrio desde su llegada a una montaña llena de árboles  hasta lo que es ahora un barrio establecido con servicios básicos cubiertos  y una población de alrededor de 16000 habitantes.

La caminata comenzó con una charla del proceso de ocupación en sus fases de construcción de la vivienda, Luis nos explicaba como los arboles del bosque y materiales recogidos  servirán para levantar el germen de la vivienda, de esta manera tenían su terreno delimitado para una posterior mejora del espacio , la segunda  y tercera fase consistía en mejorar paredes, pisos y cubiertas,  en fin consolidar la vivienda como espacio digno y habitable, para comenzar  una lucha por su permanencia.

En el borde de la montaña  terminamos la charla y comenzamos a subir  hacía  los páramos del pichincha. Dejamos el límite urbano y seguimos camino arriba, llegamos pronto a una explanada con una ligera pendiente, Luis nos dice “este es el colchón verde” lugar donde los habitantes  de Atucucho  lo tienen para festejar sus fiestas y momentos de ocio comunal, una explanada verde gigante de donde se veía todo el norte de Quito, en primer plano el antiguo aeropuerto Mariscal Sucre un poco al norte se podía divisar el crecimiento de la ciudad y en el horizonte el Pululahua.

Seguimos nuestro camino  arriba  por senderos verdes  llenos de vida, el paisaje se había convertido en un páramo implacable con vegetación frondosa y musgos  viejos, con admiración nos paramos al frente de un Puma Maki de unos 6 metros de alto y ancho , un árbol inmenso milenario de la sierra Quiteña, también veíamos flores de hojas gruesas e intensas coloraciones,  en fin estábamos ya metidos en las faldas del pichicnha.

Llegamos  al punto de retorno, el sitio mismo donde comienza la quebrada de Atucucho, la que separa a los barrios, La pulida, Atucho y San Carlos. Aquí comenzamos el descenso,  por los chaquiñanes de al frente, viendo el camino por donde subimos  al otro la do de la quebrada. Este lado  tiene mucha vegetación introducida bajábamos por un bosque , el descenso  se convirtió en un paseo dentro de un sinfín de eucaliptos  en donde Luis iba abriendo camino por antiguos chaquiñanes.
Tras unos 25 minutos de bajada comenzamos a escuchar el ruido de la ciudad, pitos, sirenas y un arrullo que no existía  300 metros más arriba. Antes de entrar a la urbanización quiteña nos encontramos con algunas infraestructuras de captación de agua y una gran muralla de retención de lodos y agua  para evitar desgracias mayores en el caso de un deslave.


 Tras pasar estas construcciones  caminamos hasta el borde de lo rural y lo urbano  en su máxima expresión, a una cuadra de la Avenida Mariscal Sucre (Occidental) rodeados de borregos, vacas, viviendas precarias al borde de barrancos y chaquiñanes de lodo ingresamos a la ciudad exactamente al colegio Luciano Andrade Marín en donde volteamos la mirada arriba y comprendimos la importancia de proteger el ecosistema natural de la ciudad y solucionar los problemas de riesgo de las viviendas en laderas. 














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