lunes, 29 de septiembre de 2014

DERIVA 4 Quebrada Ortega



El día sábado 27 de septiembre  recorrimos  otra de las quebradas planteadas dentro del Laboratorio Quebradas.  En este caso caminamos por la quebrada Ortega, la recuperación de esta responde a una organización comunitaria que se ha preocupado en generar las condiciones urbana para vivir  en un hábitat saludable y común, se trata de la Cooperativas Alianza Solidaridad.  

Esta quebrada como nos contaba el Arq. Handel Guyasamín  esta dentro del plan Quitumbe  que se lo trabajo para el desarrollo urbano del sur de Quito (2001), donde se establece  " los bordes de quebradas serán retiros obligatorios de 10 metros, medidos desde el borde superior y se constituyen en espacios públicos o comunitarios destinados a usos relativos al transito peatonal a la contemplación , recreación y trafico rodado restringido de baja velocidad". 

El recorrido fue una caminata por el borde recuperado de la quebrada acompañados por representantes de la Coorperativa Alianza Solidaridad, las que nos contaban las maneras de trabajar para la recuperación de la quebrada. La comunidad a base de talleres de organización  y  mingas de trabajo comunitario en relación a su espacio publico pudieron recuperar alrededor de 3 km de quebradas que hoy son su espacio de verde alrededor de sus viviendas. 

En el recorrido pudimos bajar a las cuencas del riachuelo donde se abrían espacios de estar y de reunión, también pudimos recorrer por senderos ecológicos por los bordes de la quebrada, senderos poco intervenidos donde la naturaleza te saca de la ciudad. En los bordes altos de la quebrada y ya en relación directa con las viviendas recorrimos por un camino mas intervenido, este ya respondía a la malla urbana, camino cicleable de interconexión quebrada_ciudad.

También  nos acompaño el biólogo Juan Manuel Carrión, El nos contó  su experiencia en el recorrido y nos transmitió que había escuchado una veintena de tipos de aves en el camino de la quebrada Ortega, partiendo de esta manera de escuchar el territorio  nos hablo de la importancia de las quebradas para mantener la bio diversidad de las aves en Quito. En este sentido también nos puso en valor la flora que existía a nuestro alrededor explicando y reconociendo las plantas que habían en la maleza que nos rodeaba. 

Al finalizar el recorrido nos fuimos con una sensación de querer mas, mas quebradas en la ciudad, mas relación con nuestro espacio natural, mas caminatas y derivas entendiendo nuestro territorio.





















"Quebradas, tesoro de la ciudad"


lunes, 22 de septiembre de 2014

DERIVA 3: Rumipamba

Deriva desde los tanques de recolección de agua de la EPMAPS Rumipamba hasta el parque arqueológico Rumipamba sobre la Avenida Occidental
El punto de encuentro del equipo de “laboratorio quebradas” fue en el  Project Room Arte  Actual de la FLACSO ubicada en la calle Pradera  E7-174 y Av. Diego de Almagro a las 9:00 am.
Para esta caminata nos acompañó el Arquitecto Diego Carrión, quien fue parte de la planificación y diseño del Plan Laderas del Municipio de Quito.
Salimos del Project-Room (FLACSO) a las 9h10, avanzamos en un bus por el sector de “Las Casas” hacia el Oeste de la ciudad, por la Mariana de Jesús. Atravesando la Avenida Occidental llegamos a la Universidad Tecnológica Equinoccial y luego hacia la hacienda “Rumiloma”, en este punto las condiciones del camino no permitieron el avance del bus y seguimos a pie por la cara sur de la quebrada hasta los tanques de captación de agua de la EPMAPS.
En los tanques recibimos una charla por parte del personal técnico de la EPMAPS que controla los procesos de tratamiento del agua, en estas conversaciones nos explicaron el funcionamiento y los procesos de purificación del agua desde su captación como agua “cruda” hasta su distribución como agua “tratada”. Para esto, la planta procesa el agua a través de la decantación, el filtrado y la clorificación.
Después de la charla seguimos subiendo por el cauce de la quebrada, que con un suelo fangoso y con poca cantidad de agua evidenciaba el camino de bajada del agua  de los páramos del Pichincha, ahora, un tubo que resonaba por el movimiento del líquido en su interior reemplazaba al anterior riachuelo.
La vegetación nos comenzó a abrazar el pliegue de la quebrada cada vez se hacía más estrecho y los helechos más frondosos, los musgos colgaban de los árboles y el agua comenzaba a caer por las paredes sin un cauce establecido, llegamos a un límite infranqueable, unas rocas gigantes detuvieron nuestro ascenso y retomamos el camino de retorno. 
Comenzamos el descenso en dirección Oriente, pero esta vez por la cara Norte de la quebrada,  cara a la que la ciudad no ha llegado: no habían caminos carrosables sino un pequeño sendero que acompañaba longitudinalmente a la quebrada.  La vegetación se diferenciaba de manera evidente, mientras en la cara Sur la ladera estaba ocupada por pastizales y eucaliptos, los arbustos nativos llenaban la cara Norte.
Descendimos por este camino en un aproximado de dos horas, hasta empatar con un camino más ancho que se bifurcaba, en este punto decidimos montar una Pambamesa con los alimentos de varios integrantes del grupo. Mientras charlábamos y comíamos, se discutió también sobre qué camino tomar para salir hacia la avenida Occidental. En la “Y” decidimos seguir hacia la derecha, el camino era más angosto pero parecía ser más directo. En este punto el paisaje nos permitía ver los límites de la ciudad y la montaña. Esta vista privilegiada permitía contemplar la extensión de la ciudad desde  las faldas del Pichincha.
Bajamos por un sendero angosto y empinado que nos sacó al barrio de la Primavera, pasamos frente a la Universidad tecnológica Equinoccial (UTE ) y seguimos bajando hasta cruzar la Av. Occidental. Llegamos a la entrada del Parque Arqueológico y Ecológico de Rumipamba a las 13H30, donde el bus esperaba recoger a los pasajeros, aquí el grupo se dividió en dos. La mayor parte de los caminantes terminó la deriva en este punto y subió al bus, la fracción sobrante siguió bajando a pie hacia el Oriente a través del Parque Rumipamba. En el parque pudimos diferenciar dos áreas marcadas, la sección Nor-Occidente del parque es una reserva de la flora típica quiteña, el centro y la parte Sur es un centro arqueológico abierto recientemente. Recorrimos las rutas asignadas que nos llevarían a varias zanjas  abiertas de las excavaciones de investigación sobre  la cultura Kitu Kara que habitaba esta área. Estas ruinas datan del año 1500 a.n.e.