Deriva desde los
tanques de recolección de agua de la EPMAPS Rumipamba hasta el parque
arqueológico Rumipamba sobre la Avenida Occidental
El punto de
encuentro del equipo de “laboratorio quebradas” fue en el Project Room Arte Actual de la FLACSO ubicada en la calle
Pradera E7-174 y Av. Diego de Almagro a
las 9:00 am.
Para esta caminata
nos acompañó el Arquitecto Diego Carrión, quien fue parte de la planificación y
diseño del Plan Laderas del Municipio de Quito.
Salimos del
Project-Room (FLACSO) a las 9h10, avanzamos en un bus por el sector de “Las
Casas” hacia el Oeste de la ciudad, por la Mariana de Jesús. Atravesando la
Avenida Occidental llegamos a la Universidad Tecnológica Equinoccial y luego
hacia la hacienda “Rumiloma”, en este punto las condiciones del camino no permitieron
el avance del bus y seguimos a pie por la cara sur de la quebrada hasta los
tanques de captación de agua de la EPMAPS.
En los tanques
recibimos una charla por parte del personal técnico de la EPMAPS que controla
los procesos de tratamiento del agua, en estas conversaciones nos explicaron el
funcionamiento y los procesos de purificación del agua desde su captación como
agua “cruda” hasta su distribución como agua “tratada”. Para esto, la planta procesa
el agua a través de la decantación, el filtrado y la clorificación.
Después de la
charla seguimos subiendo por el cauce de la quebrada, que con un suelo fangoso
y con poca cantidad de agua evidenciaba el camino de bajada del agua de los páramos del Pichincha, ahora, un tubo
que resonaba por el movimiento del líquido en su interior reemplazaba al
anterior riachuelo.
La vegetación nos
comenzó a abrazar el pliegue de la quebrada cada vez se hacía más estrecho y
los helechos más frondosos, los musgos colgaban de los árboles y el agua
comenzaba a caer por las paredes sin un cauce establecido, llegamos a un límite
infranqueable, unas rocas gigantes detuvieron nuestro ascenso y retomamos el
camino de retorno.
Comenzamos el
descenso en dirección Oriente, pero esta vez por la cara Norte de la
quebrada, cara a la que la ciudad no ha
llegado: no habían caminos carrosables sino un pequeño sendero que acompañaba
longitudinalmente a la quebrada. La
vegetación se diferenciaba de manera evidente, mientras en la cara Sur la
ladera estaba ocupada por pastizales y eucaliptos, los arbustos nativos
llenaban la cara Norte.
Descendimos por
este camino en un aproximado de dos horas, hasta empatar con un camino más
ancho que se bifurcaba, en este punto decidimos montar una Pambamesa con los
alimentos de varios integrantes del grupo. Mientras charlábamos y comíamos, se
discutió también sobre qué camino tomar para salir hacia la avenida Occidental.
En la “Y” decidimos seguir hacia la derecha, el camino era más angosto pero parecía
ser más directo. En este punto el paisaje nos permitía ver los límites de la
ciudad y la montaña. Esta vista privilegiada permitía contemplar la extensión
de la ciudad desde las faldas del Pichincha.
Bajamos por un sendero angosto y empinado que
nos sacó al barrio de la Primavera, pasamos frente a la Universidad tecnológica
Equinoccial (UTE ) y seguimos bajando hasta cruzar la Av. Occidental. Llegamos
a la entrada del Parque Arqueológico y Ecológico de Rumipamba a las 13H30,
donde el bus esperaba recoger a los pasajeros, aquí el grupo se dividió en dos.
La mayor parte de los caminantes terminó la deriva en este punto y subió al
bus, la fracción sobrante siguió bajando a pie hacia el Oriente a través del
Parque Rumipamba. En el parque pudimos diferenciar dos áreas marcadas, la
sección Nor-Occidente del parque es una reserva de la flora típica quiteña, el
centro y la parte Sur es un centro arqueológico abierto recientemente.
Recorrimos las rutas asignadas que nos llevarían a varias zanjas abiertas de las excavaciones de investigación
sobre la cultura Kitu Kara que habitaba
esta área. Estas ruinas datan del año 1500 a.n.e.
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